La fragmentación del EMC: ¿con qué frentes está negociando el Gobierno Nacional?
El Gobierno Nacional tuvo que reestructurar la forma de negociar con los bloques al mando de alias Calarcá, que aún se encuentran en la mesa de diálogo. Por otro lado, tuvo que combatir con los bloques al mando de Iván Mordisco.
Diana Sandoval
Practicante del pregrado de Ciencia Política.
La primera disidencia de las FARC nació durante las negociaciones de La Habana, luego de la décima, y lo que se convertiría en la última conferencia de este grupo armado, donde alrededor de 400 hombres pertenecientes al Frente Primero Armando Ríos se levantaron de la mesa de diálogo. A partir de ese momento, y tras una alianza con uno de los hombres más importantes en la antigua estructura de las FARC, alias Gentil Duarte, se empezó a consolidar y expandir una red con alcance nacional.
Luego de la muerte de Gentil Duarte en Venezuela en el año 2022, Iván Mordisco asumió el mando y se convirtió en el único y máximo comandante. Ya dentro del inicio de los diálogos con el Gobierno Nacional, el entonces comisionado de paz Danilo Rueda los autodenomino con el nombre de Estado Mayor Central (EMC), el cual era el mismo que llevaba un órgano de decisión en las extintas FARC, reforzando su discurso en el que se han reivindicado como “las verdaderas FARC”.
Este proceso de diálogo se mostró desde sus inicios como uno de los más complejos, pero con mayores avances. El 15 de octubre, el Gobierno Nacional le otorgó estatus político al EMC. El 16 de octubre de 2023 se instaló la mesa de negociación y, al día siguiente, 17 de octubre, se dio inicio al Cese al fuego bilateral, nacional y temporal por tres meses. Lo que en sus inicios reflejó una alta voluntad por parte de ambas delegaciones sentadas en la mesa, se fue fragmentando con el paso de los meses.
Una de las mayores crisis fue la suspensión, por parte del Gobierno Nacional, del Cese al fuego bilateral y temporal de carácter nacional en marzo del presente año con los bloques Sur Occidental, Amazonas y Oriental, luego del ataque perpetrado a una comunidad indígena en el Cauca. Estos frentes se unieron con los frentes del Cauca, al mando de alias “Iván Mordisco”, renunciando a continuar en la mesa.
Esto llevó a una división interna dentro del EMC. Por un lado, el Gobierno Nacional tuvo que reestructurar la forma de negociar con los bloques Comandante Jorge Suárez Briceño, Magdalena Medio Comandante Gentil Duarte y Frente Comandante Raúl Reyes, al mando de alias Calarcá, que aún se encuentran en la mesa de diálogo. Por otro lado, tuvo que combatir con los bloques al mando de Iván Mordisco, quienes han realizado hechos que han atentado contra la población civil.
En medio de estas tensiones, se dio un pronunciamiento del ministro de Defensa, Iván Velásquez , anunciando la reanudación de las operaciones contra los bloques y frentes comandados por Iván Mordisco, mientras se mantiene el cese al fuego con las estructuras bajo el mando de alias Calarcá, lo que demostró la postura definitiva del gobierno ante los bloques que se apartaron de la búsqueda de la paz.
Este panorama resultó en lo que muchos sectores de la sociedad habían advertido frente a esta fragmentación: la disputa territorial y el desarrollo de combates entre los bloques. A partir de un comunicado, el Bloque Amazonas señaló el inicio de confrontaciones militares con los frentes que se encuentran en la mesa, lo que llevó a la población civil de estos territorios a quedar nuevamente en medio del fuego cruzado.
En palabras de Calarcá, los bloques estructurados por Iván Mordisco los pueden tildar ahora de traidores a una estructura frágil que se había establecido como EMC. Sin embargo, otro factor que entra en esta discusión es la figura militar y económica con la que cuenta cada uno. Si bien los bloques sentados en la mesa tienen presencia en 86 municipios del país, los bloques de Iván Mordisco ocupan alrededor de 123 municipios.
Esto lleva a dos puntos de análisis. Primero, cómo se desarrollará la avanzada de estos bloques disidentes para cooptar el mayor territorio posible e igualmente fortalecer sus filas. Hemos visto la violencia que ha acechado en estos días a varias zonas del Cauca, donde la población civil ha sido convertida en escudo por estos grupos armados, y donde la opción de construir la paz es cada vez más lejana. Segundo, cómo se adelantarán y mantendrán los diálogos con los bloques de Calarcá, teniendo en cuenta que estarán en medio de un fuego cruzado por el poder.
La instalación y desarrollo de ciclos de diálogo genera una posibilidad, pero luego está la realidad de los municipios, en los que las comunidades serán las más afectadas al quedar nuevamente en medio de la guerra.