Crisis en la paz total, ¿momento para un replanteamiento estratégico?

Nov 9, 2023 | Columnas de Opinión

“La crisis no sepulta las posibilidades de la paz total. Pero que esta innegable crisis sea la oportunidad para reflexionar sobre la importancia de avanzar en replanteamientos estratégicos”.

Fredy Chaverra Colorado

Politólogo, Mag. (E). Ciencia Política. Asesor e investigador. Integra la plataforma nacional Defendamos la Paz (DLP).

fredy.chavera@udea.edu.co

Al filo de la medianoche del 31 de diciembre de 2022 el presidente Petro trinó: “La paz total será una realidad”; ese trino optimista con tintes de promesa de año nuevo estuvo acompañado de un llamado al cese al fuego bilateral con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central (EMC), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y las Autodefensas de la Sierra Nevada. Una proeza que cimentaba las bases para avanzar con paso firme en los tres principales frentes de la paz total: 1). negociación política con actores insurgentes; 2). sujeción-sometimiento colectivo a la justicia; 3). implementación integral del Acuerdo de Paz.

Sin embargo, desde la misma cuenta en X del presidente se han registrado cada uno de los errores, retrocesos y frustraciones que han erosionado esa recordada expectativa de año nuevo, ya que, a pocos meses de concluir el “esperanzador 2023”, la paz total parece que hace aguas ante un panorama de seguridad crítico; la desidia del EMC para sacar adelante una Mesa de negociaciones que se hunde estrepitosamente; la insistencia del ELN en violar el Derecho Internacional Humanitario; y, la incapacidad manifiesta del gobierno para comunicar sus logros en materia de paz ante una opinión pública que pinta cada vez más galvanizada por las sirenas de la extrema derecha.

El panorama no pinta alentador y así quedó en evidencia en el debate de control político que se adelantó en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes el pasado 7 de noviembre, un debate, necesario y mediático, bastante duro con la estrategia que viene empleando el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, un funcionario de altísima confianza para el presidente y el senador Iván Cepeda (el alma y nervio del gobierno en el proceso de negociación con el ELN), a quién le pidieron dar un paso al costado para oxigenar una política asediada por la improvisación y que desde diversos sectores ya dan por fallida.

Pero que esta innegable crisis en la paz total sea la oportunidad para reflexionar sobre la importancia de avanzar en replanteamientos estratégicos.

Por un lado, desde el gobierno se debe comprender que la negociación con el EMC carece de perspectiva de mediano y largo plazo; infortunadamente, los ceses bilaterales al fuego con esta estructura han resultado siendo los más frágiles, así como la claridad en torno a los verdaderos alcances de su “unidad de mando”, su voluntad para concertar agendas territoriales de transformación -sin replantear el Acuerdo de Paz-, y el menguado consenso alrededor de su carácter político. Ya el presidente dio una primera puntada sobre el futuro de esa negociación política al afirmar que “fue prematura”.

Por otro lado, la negociación con ELN avanza según los tiempos acordados en la Agenda de México; sin embargo, el gobierno tiene la responsabilidad de imprimirle un nuevo ritmo a su delegación y amplificar el sentido histórico de los logros -que van desde un cese bilateral inédito a la instalación y puesta en marcha del Comité Nacional de Participación-, porque si la cobertura del proceso se reduce a contrarrestar una matriz mediática adversa tras el advenimiento de sucesivas coyunturas críticas, el proceso quedará atrapado en una alargada sombra de desconfianza y confusión.

Y ciertamente el ELN también debe poner de su parte, pues no se puede escudar en el falaz argumento de las “operaciones financieras” para justificar su flagrante violación al DIH. Así el cese bilateral no haya avanzado, por el momento, en la discusión del cese a las hostilidades, es claro que: ¡El ELN no tiene licencia para extorsionar y secuestrar!

Aunque la conjunción de la crisis también pasa por la voluntad de ambas partes, puesto que deben entrar a considerar lo más pronto posible los mecanismos necesarios para el sostenimiento de la insurgencia elena en medio del cese bilateral; sé que es una discusión muy impopular, pero resulta vital y necesaria para evitar la impresentable acumulación de coyunturas críticas que tienden a poner en jaque a la totalidad del proceso.

La crisis no sepulta las posibilidades de la paz total; para nada, sin duda, es un momento difícil que debe permitir apreciar con madurez y sensatez los pasos en falso, los errores desafortunados y las debilidades de un proceso bastante complejo que, en sus aciertos y desaciertos, arrastra el legado de todo un gobierno.

La apuesta no resulta siendo menor y el replanteamiento se torna más que necesario.

 

*Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de la persona que ha sido autora y no necesariamente representan la posición de ISEGORÍA al respecto.