Imagen: Vera Grave y Pablo Beltrán, lideres de las delegaciones del Gobierno y el ELN durante el Sexto ciclo de diálogos, él último que se ha realizado hasta el momento, en febrero de 2024. Créditos: Presidencia de la República.

A partir de este primero de noviembre, las delegaciones del Gobierno y el ELN se reunirán en Caracas para examinar el estado en el cual se encuentra el proceso de paz. La reunión, que fue propuesta por la guerrilla el pasado 9 de octubre, “pese a la situación actual de incumplimientos”, fue recibida por el Gobierno como una oportunidad para abordar los problemas que han provocado el estancamiento del principal frente de la Paz Total, y desde una perspectiva favorable, se considera como un punto de partida para retomar los diálogos.

Los problemas sin resolver son múltiples, pero todos parten de una misma premisa: el Gobierno o el ELN han incumplido acuerdos o compromisos alcanzados en los  diferentes ciclos. Algunos de estos, como consecuencia de la falta de claridad en temas tan relevantes como el Fondo Multidonante o la continuidad del Cese al Fuego Bilateral, han persistido erosionando la confianza entre las partes y dejando una profunda sensación de confusión en buena parte de la opinión pública.

Desde Isegoría, en su labor de seguimiento y análisis a la política de paz, consideramos que este encuentro representa una oportunidad de suma importancia para restituir la confianza y, en la medida de lo posible, corregir los errores que han estancado el diálogo en acusaciones cruzadas no resueltas. Porque así las crisis sean constantes en los procesos de paz, se requieren, sin duda, claridades y consensos sobre aspectos críticos, además de un esfuerzo mutuo entre las partes para valorar lo ya alcanzado.

Y este proceso no solo es el que más ha avanzado en la extendida historia de los procesos de paz con el ELN, sino que también activó la participación de múltiples sectores de la sociedad civil a partir de un Comité Nacional de Participación. No se puede dejar de lado esta instancia y las expectativas que generó entre múltiples sectores sociales. 

En Isegoría se valoran estos hitos alcanzados, y se continuará, con criterio académico y rigurosidad, asumiendo la labor de seguimiento a la política de paz. Con el objetivo de fomentar la incidencia de la sociedad civil en la construcción de una paz con enfoque territorial.