La Unidad Especial de Paz de la UdeA entregó un lugar de memoria en homenaje a las víctimas de violencia política
En la Universidad de Antioquia se han documentado 91 homicidios y alrededor de 24 desapariciones forzadas contra integrantes de la comunidad universitaria entre 1958 y 2025.
ougar de memoria en el Puente de Barranquilla| Foto: Jhpjan Meneces.
Redacción Unidad Especial de Paz
En el marco de la Semana Universitaria por la Paz 2025, la Universidad, a través de la Unidad Especial de Paz, la Facultad de Artes y la Fundación Universitaria, realizó el acto simbólico de entrega del lugar de memoria construido para honrar a las víctimas de violencia política que hicieron parte de la Alma Máter. La jornada, en medio de la conmemoración del estallido social del 21 de noviembre, comenzó con un recorrido con claveles rojos, evocando la Marcha del Silencio de 1987, desde la Plazoleta Barrientos hasta los cimientos del antiguo Puente de Barranquilla, donde se llevó a cabo la intervención.
En este lugar, se instalaron piezas cerámicas con nombres y hechos victimizantes, elaboradas para que la memoria fuese visible, tocable y habitable por toda la comunidad universitaria. Víctimas, familiares, estudiantes, profesores y colectivos acompañaron este gesto de dignificación. El acto incluyó una lectura colectiva, momentos de silencio y un performance de la artista Ana María Guzmán, concebido para acompañar el duelo, la denuncia y la persistencia de esta memoria viva.
Previo al acto simbólico, se presentó el libro Violencia y conflicto en la Universidad de Antioquia: una apuesta por la verdad y el esclarecimiento (1958-2018), fruto de un proceso colectivo surgido del informe entregado por la Universidad a la Comisión de la Verdad en 2021. Durante la presentación, realizada en la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, se entregó oficialmente a Hacemos Memoria la base de datos de hechos victimizantes documentados en la institución.
El lugar de memoria se sustenta en la consolidación de esta base de datos que registra casos de homicidio y desaparición forzada durante más de seis décadas, elaborada mediante la revisión de archivos institucionales, prensa, expedientes judiciales y testimonios. Los registros muestran que estudiantes, docentes, trabajadores y egresados fueron sistemáticamente estigmatizados y perseguidos por su liderazgo, su actividad académica o su participación social y política, evidenciando que la Universidad no estuvo ajena al conflicto armado.
Este acervo constituye un insumo fundamental para los esfuerzos de verdad, memoria y esclarecimiento histórico, y fue la base del acto con el que la Universidad reafirmó su compromiso con la dignificación, la reparación simbólica y las garantías de no repetición.